Hasta hoy no había intervenido en el foro, sólo había buscado información sobre mi nuevo Tiguan, pero como tengo una pequeña experiencia al respecto del tema que trata el hilo, voy a compartirla, por si le sirve a alguien. Preparaos para un tocho.
Además del Tigu, conservo un Seat Ibiza GT TDI 110 cv. que ya ha cumplido 17 años y se aproxima a los 315.000 kilómetros. Hace 17 años estaba un poco más "tieso" que ahora e intentaba ahorrar un duro donde pudiera y éso era exactamente, cinco pesetas, lo que me ahorraba por litro en la gasolinera de marca blanca en la que repostaba por aquellos tiempos, presentando un ticket de compra del supermercado propietario de la estación de servicio. Menos cuando estaba de vacaciones, siempre repostaba en el mismo sitio.
Sobre los 30.000 kilómetros empezó el problema con el Ibiza; al acelerar, hasta que no pasaba de 1.500 rpm el motor no tenía fuerza, cuando desde siempre había empujado como un demonio desde muy bajas vueltas.
Al comprobar en el taller (oficial) el registro de averías les salía un problema en el "inicio del sistema de inyección". Cambiaron el filtro de gasoil pensando que el que llevaba estuviera defectuoso y no circulase bien el combustible, pero el problema persistía. Al final me dijeron que debía dejar el coche unos días para (glubs!) revisar la bomba inyectora.
Tres días después me llaman para decirme que el coche ya estaba listo... "¿Cuanto?: 29.000 pesetas..." (174 leuros, para los jovenzuelos). Al recogerlo, lo primero que me dijo el jefe de taller fue: "¿Donde echas gasoil? Sería mejor que cambiases de gasolinera..." Me explicó que no había nada roto; lo que había pasado es que debido a la mala calidad del gasoil que usaba se había formado una acumulación de cal y roña que había atascado una válvula de la bomba inyectora que cambia de posición a las 1.500 rpm... El importe de la reparación había sido por mano de obra y reajuste de los inyectores. Al decirle que dentro de lo malo "sólo" habían sido 29.000 del ala y no 92.000, me contestó: "Sí... o 192.000 que te hubiera podido costar la bomba..." Desde entonces sólo he repostado en gasolineras de marca (gasoil normal) y no he vuelto a tener problemas.
Después del susto me informé un poco y la conclusión es que nadie da duros a cuatro pesetas (0.03 euros a 0.02, para los jovenzuelos). Los combustibles de marca blanca son, dentro de los de automoción, los de más baja calidad (por lo tanto más baratos) ya que se aprovisionan los últimos a la hora de surtirse en el distribuidor central (lo que supone más posos, etc), sólo añaden los aditivos mínimos que les exija la normativa y tienen menos controles durante el almacenaje, transporte, etc... De algún sitio tiene que salir el ahorro...
En cambio a los combustibles de marca se les supone una mayor calidad (confiemos en el buen hacer de dichas marcas, a nadie le interesa un escándalo) y también se supone que los premium llevan mejores aditivos (detergentes, antiespumantes, antihumedad) que siempre significarán un mejor cuidado del motor.
Yo lo tengo claro, a mi Tiguan, primer coche con cara y ojos que tengo, lo voy a alimentar con gasoil del bueno.