Buenas tardes y Buen consejo Shire,
Con lluvia o niebla la luz blanca se puede volver contra nosotros debido a su menor capacidad para atravesar las gotas de agua que la luz amarilla, así que la luz se refleja y dispersa más, por lo que parte de ella nos deslumbrará. Si además tenemos una mala regulación de los faros podemos sufrir un deslumbramiento de nuestras propias luces.
Ese es el motivo por el que los actualmente casi olvidados faros antiniebla se sitúan en una posición más baja y, por lo menos antiguamente, eran de color amarillo. La luz amarilla mejora la penetración en el agua y reduce el deslumbramiento. Si encima colocamos los faros en posición baja y orientados hacia el suelo obtendremos una mejor visión en lluvia o niebla y menor deslumbramiento. Así que poner unas buenas luces amarillas en los faros antinieblas mejorará su rendimiento cuando necesitemos disponer de ellos.
El color amarillo adecuado para la iluminación antiniebla tiene nombre propio, se denomina “Amarillo Selectivo”. Todavía podemos verlo en las luces principales de coches que compiten en algunas categorías en pruebas deportivas como las 24 Horas de Le Mans.
El color amarillo selectivo se obtiene al eliminar las longitudes de onda azules. La luz azul no atraviesa las gotas de agua en suspensión y se dispersa en todas direcciones, produciendo molestos reflejos al conductor. Además, el color azul intenso produce deslumbramientos y cansancio ocular al fijar la vista en él. El problema es la dificultad de fabricar auténticas bombillas que iluminen en el color amarillos selectivo, así que si nos decidimos por utilizarlas hemos de asegurarnos que el color que emitan sea realmente el amarillo selectivo, ya que muchas de las bombillas “amarillas” que se comercializan no cumplen en absoluto esa prerrogativa. Muchas bombillas “amarillas” no filtran bien los azules, así que lo único que logramos es perder capacidad lumínica.
Saludos